fuente: elmundo.es
Paisaje acústico de un bar típico español: el gorgoteo de la máquina del café, el tintineo de los hielos cayendo en los vasos, las conversaciones superpuestas y en voz más bien alta, quizás el murmullo de un televisor de fondo y muy probablemente -hay un 61,8% de posibilidades- las melodías electrónicas y el clic-clic-clic de las monedas cayendo -si ha habido suerte- de una máquina tragaperras.
Eso al menos se desprende de la recientemente publicada Memoria de Actividad del Juego en España 2024, elaborada por la Dirección General del Juego, dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Según este informe, en España hay 101.299 bares con tragaperras, oficialmente denominadas "máquinas b".
Del cruce de la cifra con el del número de bares en todo el país según el INE -163.890- se obtiene el dato mencionado de que el 61,8% tiene una. Y algunos disponen de varias, ya que son 153.286 las tragaperras repartidas en establecimientos de hostelería. La cifra total asciende a 182.397 máquinas -las hay también en casinos-, lo que supone una por cada 270 habitantes.
Me llamo XXXXXXXXXXXX y soy adicto, lo primero agradecer a todos la oportunidad de volver a estar aquí para contar mi historia, y agradecer a mi mujer, a mi asociación JARCA y a todos vosotros, porque solo nunca pude y con vosotros si, sobre todo con la ayuda de mi mujer.
Cuando compartí mi historia hace 2 años, no fui honesto, porque aunque si es verdad que desde que entre en JARCA no volví a jugar más hasta día de hoy, estaba consumiendo alcohol y sustancias, y precisamente en ese momento es cuando peor estaba y al muy poco tiempo tuve el valor de confesarlo a mi mujer y a mi asociación.
Reconocer y dar el paso de que no soy solo ludópata, sino adicto a cualquier sustancia o comportamiento que altere mi organismo fue muy difícil porque mi enfermedad me volvió una persona muy terca y prepotente y a pesar de las recomendaciones de la asociación de no tomar alcohol y las peleas con mi mujer, hasta que no volví a destruirme por completo y mi vida se volvió a convertir en un infierno no confesé.